El Santuario de Lluc, donde reside el autor.

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martes, 30 de agosto de 2016

La fiesta, Ramón Llull y la "Serra de Tramuntana"

Con motivo de las fiestas anuales del Santuario de Lluc he escrito unos párrafos de introducción al programa que editamos. Tienen presente la figura de Ramon Llull  ―se cumplen 700 años de su muerte― y el significado de la “Serra de Tramuntana”.

La Diada es la fiesta más popular del santuario de Lluc. Es la fiesta que condensa la identidad de los creyentes que habitan la isla, a la vez que pone de relieve las raíces profundas de los mallorquines que le dan la espalda a la fe. A unos y otros nutre la savia que mana de la cadena de montañas que caracteriza a la isla. Unos y otros reconocen chispas de su identidad ancestral en los caminos erráticos de la montaña, las casas de nieve, las carboneras y las paredes de piedra en seco construidas por los antepasados ​​y que tan bien se integraron en la naturaleza.

Los que tienen una fe vigorosa, los que la dejan languidecer y quienes nunca la han cultivado, todos ellos mantienen una secreta vinculación con la sierra de Tramuntana. En sus rocas, árboles y playas amaron y sufrieron célebres pobladores de la isla. Por allí caminaron, rezaron y se extasiaron personajes tales como el el Rey Jaime I, el místico Ramon Llull, el archiduque Luis Salvador, el músico Chopin ...

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Nos interesa poner el foco en el gigante de la lengua catalana, Ramon Llull, en este 700 aniversario de su muerte. Porque él llenó la vida entera de inquietudes y afanes. Nuestro personaje escribió, experimentó la vida de ermitaño, se sintió iluminado e inventó un sistema universal para encontrar la verdad. Pensaba que los infieles no podrían resistir ante sus argumentos.

El espíritu incansable de Ramón lo condujo hacia una actividad frenética, tanto en el campo de la predicación como en el de las letras. Su obra escrita es la más extensa que haya producido un solo autor medieval. Es admirable que la redactara en catalán, occitano, latín y árabe.

Ramon Llull empleó el catalán para mejor llegar al alma de su pueblo. El idioma no sirve ―como tantos piensan― sólo para expresar concepto y entender ideas, sino que toca las fibras más íntimas de la persona. Y esto difícilmente se consigue con una lengua que no se ha aprendido en el regazo de la madre. Los diccionarios, donde las estudian los políglotas, poco tienen en común con los pechos maternos.

La prosa catalana adquirió la firmeza que necesitaba a medida que brotaba de su pluma. Una prosa segura, capaz de hacerse flexible y también elegante, cuando el texto lo requería. Una prosa del todo apta para expresar, a la vez, pensamientos profundos y sentimientos tiernos. Para tratar de filosofía y teología tuvo que inventar y aumentar el léxico. Recurrió al latín y a su propia capacidad creadora.

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Al llegar la noche de la fiesta, la oscuridad se enseñorea de la Plaza de los Peregrinos. Como cada día, sí, pero en el de la fiesta por excelencia, se diría que la noche se viste de un encanto misterioso. Invita a experimentar las sensaciones ―nuevas y viejas a la vez― que genera el bosque y las montañas del entorno, mientras los cuerpos graciosamente basculan al ritmo del ball de bot.

El ball de bot: una danza bien mallorquina que se teje sobre el suelo de una plaza engalanada, bajo la mirada tierna de la Virgen de Lluc. Por cierto, esta noche la imagen acentúa su inicial sonrisa.

domingo, 21 de agosto de 2016

Vocabulario breve para un itinerario cordial

El 17 de agosto pasado la Congregación a la que pertenezco cumplió 126 años de su fundación. Trato de resumir lo más denso de su carisma y de su mística en unos pocos vocablos. Por orden alfabético, a modo de diccionario.
 BÁCULO Y HIEDRA
El báculo designa al obispo en cuanto animador de la Iglesia local. La hiedra evoca la Congregación. La hiedra desea arrimarse al báculo episcopal, no con el ánimo de importunarle sino en vistas a auxiliarle en su ministerio diocesano. Estas metáforas proceden del mismo Fundador y recuerdan la franqueza, la amistad y colaboración ―quizás crítica si llega el caso― que debe reinar entre las relaciones de los congregantes con sus respectivos obispos. Recuerdan y propician, a la vez, la nota de diocesaneidad que siempre vivió el Instituto y desea continuar manteniendo. En esta perspectiva se traban también los vínculos con los presbíteros diocesanos.
COMUNIDAD.
Muchos fundadores han vuelto los ojos hacia la primitiva comunidad cristiana por aquello de "la multitud de creyentes tenía un solo corazón y una solo alma. Nadie consideraba suyo lo que poseía, sino que todo lo tenían en común". Una tal actitud llamó también la actitud del P. Joaquín. En su testamento se refiere al estrecho lazo de caridad que les unía, deseando que lo mismo acontezca entre los miembros congregantes. Y, embargado por el sentimiento, recomendó con tiernas lágrimas que el amor mutuo fuera para sus hijos el signo que les diera a conocer en todas partes. El instituto valora grandemente el aprecio fraternal entre los hermanos. Y trata de conseguir en cada casa un número significativo de miembros que favorezca la comunidad.
CORAZÓN.
Órgano fisiológico que sostiene la vida, cuyos latidos marcan la intensidad de los sentimientos que agobian o exaltan a la persona. Evoca la intensidad más profunda del ser humano. Constituye el centro simbólico de la persona -cuerpo y espíritu- de donde surgen los sentimientos, las opciones morales y las más comprometidas decisiones. Se ha dicho que lo más importante no se ve con los ojos, sino con el corazón. Vocablo un tanto desgastado por el uso excesivo y trivial, pero insustituible por sus raíces bíblicas, psicológicas y humanas. Y porque no existe otro con idéntica riqueza de contenido.
CORDIALIDAD.
"El Señor es compasivo y favorable, es lento para enojarse y generoso en perdonar". Así describía Israel a su Señor. El pueblo se dirigía al Dios fiel, clemente y misericordioso. Como un padre, Dios se muestra solícito por sus hijos. Como una madre se relaciona tiernamente con ellos. Es el Dios de Jesucristo que espera al hijo pródigo y carga sobre los hombros a la oveja descarriada. En una palabra, nuestro Dios es cordial, o sea, lleva el corazón en la mano. Los MM. SS. CC. predican con especial complacencia estos rasgos de amor, amistad, cercanía y perdón. A la vez que muestran a sus hermanos a ser misericordiosos y clementes como lo es quien hace salir el sol cada día para todos sus hijos, sin discriminaciones.
CREDO.
Los MM. SS. CC. tienen su Credo particular cual acotación muy preciada hecha en el gran Credo de la Iglesia. Creen que Dios no envía a nadie a condenar. Creen que el poder del amor ―que nada tiene de despótico― empuja a servir hasta la muerte. Creen que la salvación no llega por la Ley ni por la inteligencia ni por los líderes terrenos, sino por la Muerte y Resurrección del Señor. Y esta fe quieren vivirla como un dinamismo que penetre, oriente y dé sentido a sus vidas. De modo que han plasmado estos conceptos y vivencias en un capítulo privilegiado de las Reglas.
FUNDADOR.
El P. Joaquín Rosselló i Ferrá fundó la Congregación de los Misioneros de los SS. Corazones de Jesús y María (Mallorca). Le legó como herencia y exigencia la espiritualidad del amor, el gusto por la contemplación y las ganas de trabajar por el Reino. El fundador nació el 28 de junio de 1833 en Mallorca y murió el 20 de diciembre de 1909. Una infancia movida por el instinto de lo divino, y la contemplación. Fue consejero de muchos sacerdotes, entusiasta predicador de misioneros populares y un ejemplo preclaro de inquietud apostólica. 
MARÍA LA VIRGEN.
María es la mujer elegida que supo decir sí y cuyo corazón latió al ritmo del de Jesús durante nueve meses. La que contempló más de cerca que nadie el misterio de su Hijo. Ella nos enseña que el apostolado no requiere de grandes protagonismos ni escenarios para ser efectivo. Ella es como la raíz que sostiene el árbol entero desde el anonimato. Por eso nos enseña la contemplación humilde. A la vez nos demuestra cómo la caridad le empuja a tender una mano al prójimo en la visita a su prima Isabel.  María no es sólo la mujer de virtudes domésticas y pasivas, sino que también sabe luchar por un pueblo nuevo en el que los opresores sean derribados de sus tronos.
MONTAÑA.
En la Biblia la montaña adquiere el preciso significado del trato cercano con Dios. Abraham en el monte Moriah,  Moisés en el Sinaí, Elías esperando la revelación de Dios sobre un cerro, Jesús transfigurándose en el Tabor... La Congregación nació en una  montaña y no por azar. La montaña como símbolo de soledad y cercanía de Dios, se insinuaba en los sueños del P. Joaquín antes de la fundación. La montaña llenaba de gozo sus días mientras residió en ella. De nuevo la montaña era motivo de nostalgia cuando tuvo que abandonarla atendiendo a los requerimientos del obispo.
SANT HONORAT
Ermita del monte de Randa (Mallorca) donde el Fundador gozó de inalterable paz y consuelo. Tal era su actitud de alabanza a Dios al contemplar los paisajes desde allá divisados, tan grande la ternura experimentada, que fácilmente se traducía en lágrimas. Lugar santificado por la oración y la penitencia de muchos ermitaños. Sirvió de adecuado escenario para que el obispo Cervera erigiera canónicamente la Congregación de Misioneros de los SS. Corazones el 17 de agosto de 1890. Sant Honorat evoca a los congregantes el compromiso de llevar una intensa vida de contemplación. 
TRASPASADO
El Corazón de Cristo atravesado por la lanza es la imagen más elocuente del amor de Dios. Los brazos abiertos del crucificado indican su voluntad de reunir a todos los hermanos en un solo abrazo. Su corazón evoca hasta dónde llegó su entrega. La sangre que mana del costado abierto significa que Cristo es el auténtico Cordero -degollado, pero de pie- que libra a los suyos de toda esclavitud y opresión. El agua que brota, junto a la sangre, es el símbolo del Espíritu que El nos regala, que los limpia y guía en el camino.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Mueren los autores de la Teología de la Liberación

He recibido la noticia de la muerte de Teófilo Cabestrero con una dosis de nostalgia. Su obra a favor de la teología de la liberación fue muy amplia. Y no sólo escribió, también actuó en lugares difíciles. No se arredró ante circunstancias que exigían una valentía superior a la media. Asocio su fallecimiento a otros reconocidos autores que han caminado por la misma senda. Autores de edad provecta que pronto desparecerán de nuestro mundo: Pedro Casaldáliga, Leonardo Boff, Gustavo Gutiérrez…

Teófilo Cabestrero
En la cresta de la ola
Comulgué con las ideas centrales de esta Teología, especialmente cuando viví en República Dominicana. Se hablaba mucho de ella, estaba en el centro de numerosas conferencias, artículos y tertulias. Además, experimentaba de cerca las privaciones de los pobres. Carecían de luz, de agua potable, de horizontes... Muchos niños jamás habían salido del barrio que habitaban. Andaban descalzos y con harapos. Las niñas muy pronto eran convertidas en madres, echando así por la borda su propio futuro y el de sus hijos.  
En algunos ambientes la teología de la liberación era denostada. La misma jerarquía vaticana escribió algunos folletos (“Instrucciones”, los llamaban) sobre la misma y no era precisamente simpatía lo que desbordaba de sus páginas. Aunque también recogió al cabo del tiempo alguna que otra alabanza.
Poco a poco fueron menguando las voces que hablaban de ella. Sobretodo a partir de la caída del muro de Berlín en 1989. ¿Por qué se la arrinconó? Diversas fueron las razones. Aventuro que una de ellas reside en el prurito del hombre contemporáneo de “usar y tirar” también las ideas y programas. Los medios de comunicación se ven abocados a generar cuestiones originales para atraer la atención de los lectores o espectadores.
Además, el socialismo de procedencia soviética había fracasado… Y aunque la mencionada teología tenía un muy lejano parentesco con el citado socialismo ―si es que tenía alguno―, los adversarios de estas ideas se regocijaban, vitoreaban y pregonaban la derrota.
Leonardo Boff
En este clima le preguntaron a un santo y sabio varón si ya la Teología de la liberación había pasado de moda. Respondió de modo contundente: no, mientras existan Dios y los pobres. Gran lección en muy escasas palabras.
En una próxima ocasión tengo intención de emborronar unas cuartillas sobre algunos de los autores que más han influido en mis ideas y, en consecuencia, en mis años de docencia. Adelanto dos nombres: Leonardo Boff y José I. González Faus. No es que firme todas las páginas que han escrito, pero sintonizo con sus afirmaciones fundamentales. Ambos muestran claras simpatías por la mencionada Teología.
Leonardo Boff hace gala de una gran sensibilidad hacia los pobres que, en los últimos años ha ampliado a la naturaleza. Escribe con singular unción. González Faus sabe cómo escribir y hablar al hombre de hoy, conecta con los medios de comunicación y hace gala de una ironía muy efectiva, sin que pueda tachársela de ofensiva.
Los fundamentos inamovibles
Algunas de las grandes ideas de la Teología de la liberación son absolutamente válidas, actuales y necesarias.
·         El amor de Dios y la misma salvación cristiana requiere de un marco de libertad económica y política. Sin este ámbito de libertad, sin alguna integración social el ser humano no logra gozar de una vida digna. Y Dios quiere la salvación no sólo en el más allá, también en el más acá. Al menos, de modo inicial.
·         La meta de la liberación irradia una determinada espiritualidad. El pozo de la misma se halla en Jesús, el hombre nuevo, capaz de enfrentarse a quienes arrinconan a los pobres y a quienes se sirven de ellos.
·         La liberación exige como paso previo tomar conciencia de la realidad en que se vive. Es preciso analizar a quién beneficia la economía, el por qué existen tan enormes diferencias entre seres humanos. Porque la miseria y las injusticias no son fatalidades que le advienen a la persona, sino estructuras interesadas creadas para y por unos pocos. Aunque en un segundo paso las revistan con leyes, culturas y tradiciones…
·         Dios no quiere la situación de miseria en que tanta gente está sumida. No es su voluntad. Hay que luchar y no resignarse ante la consecuencia de la injusticia y el pecado. Por supuesto que la lucha debe hacerse con grandeza de ánimo, sin odio y tratando de evitar el sufrimiento ajeno.
·         Por todos los poros del Evangelio se urge la caridad hacia el prójimo. La mayor y más primaria caridad es la que se da a la tarea de vestir y dar de comer al necesitado.
·         Importa mucho el método elegido en la Teología de la liberación. No se parte de un texto abstracto del cual puedan deducirse variadas conclusiones. El punto de partida es la práctica de la fe en un determinado contexto. Ahí es donde vive el individuo y se cocinan sus intereses. La reflexión y la celebración deben tenerlo muy en cuenta.
Distintos ambientes
Personalmente dejé la República Dominicana a principios del 1995 para residir en Puerto Rico. ¿Motivo? El Cardenal que regía por entonces la diócesis me impidió enseñar en cualquier Universidad o Centro religioso. Le desagradaban mis artículos en la prensa local. Hace unas semanas, cuando ha sobrepasado con creces la edad de retiro, ha sido sustituido. Los haitianos tienen mucho que decir sobre su actuación. Afortunadamente no me toca a mí juzgar su comportamiento.


González Faus
No perdamos el hilo. En Puerto Rico trabajé en la Facultad de Teología que los Dominicos tienen en Bayamón. Gozaba de mucha más libertad. El Director ―fue colega del famoso biblista Crossan― era un holandés inteligente y capaz que, por cierto, también está en las últimas.
Confieso que el ambiente era distinto y las preocupaciones diarias muy otras. Dejé de cultivar intelectualmente la Teología de la Liberación, aunque seguí y sigo compartiendo sus afirmaciones. Luego regresé a España. Se me encomendó una tarea más burocrática como Vicario y Secretario de mi Congregación.
Los cinco últimos años los he vivido en Lluc (Mallorca), donde he centrado mis tareas. Atiendo a los peregrinos que suben al Santuario. Escribo en varios blogs y colaboro en algunas revistas. Tampoco mi interés inmediato se centra en la Teología que ocupa el artículo. Pero sigo creyendo firmemente que no pasará de moda mientras existan Dios y los pobres.

Pere Casaldàliga